Estaba yo hace unas semanas pidiendo en la puerta de una iglesia, poniendo mis mejores caras de pena, delante de mi cartel de: “Un eurillo pá un solomillo”cuando se situó ante mí la silueta de una bella y elegante mujer, que en vez de darme unos centimillos de mierda, como hacen la mayoría de caritativos viandantes, me dio una tarjeta, diciéndome que la llamara cuánto antes. Cuando leí la tarjeta ponía:
http://www.amoacoda.blogspot.com
Y nada, que tras unas arduas y extensas entrevistas, me ha contratado para escribir en su diario personal, lo que no deja de ser un sinsentido, porque debía ser por entonces muy egoísta, ya que en los diarios que escribía de chico, sólo lo hacía yo, pero en fin, los tiempos cambian…
Aún recuerdo cuando escribía mis primeros diarios (la verdad es que sólo escribí cuatro, ni tres ni cinco, cuatro exactamente). Dignos de estar entre los mejores tomos de literatura pueril… Sólo me queda uno, que lo guardé aún no sé para qué, para de vez en cuando tener sentimientos de vergüenza, pero es que sentir es algo fundamental, bien sea, amor, odio, alegría, tristeza, o en ese caso, eso, vergüenza; el caso es sentir, digo yo.
Todas las noches dedicaba unos minutos a reflejar mis increíbles experiencias vitales en un cuaderno guarrindongo que, eso sí, me fabricaba yo mismo, con folios, hilo y pegamento y que quedaba de lo más rústico (ahora que está tanto de moda). Ahí reflejaba lo mucho que me gustaba Raquel, o Belén, o Rosi, o tantas otras (que aquí uno era muy enamoradizo). Todas esas mujeres que pudieron ser amores apasionados y que se quedaron perdidas entre líneas mal escritas. Leer además esas páginas 15 años después no deja de ser cuanto menos curioso, cuando ahora mismo reflejaría lo mucho que me gusta Enrique, Gérald, Manuel… Los tiempos cambian, ya decía. O si no, cómo pudo ser que en una de esas hojas escribiera cuánto odiaba a una chavalita de mi pueblo, que años después fue mi novia. Esa niña demoníaca, que me decía mariquita, con la que después acabé saliendo, rompiendo y con los años, confesando que me daba a mí que las mujeres ya no me gustaban mucho… (“¿Ves?, si ya te lo decía yo de pequeña”, me decía ).
Releyendo las páginas de ese diario de 1992 pienso que, afortunadamente, si hoy en día escribiera otro diario, la sensación que transmitirían sus líneas serían mucho más positivas. Me doy cuenta de que mi infancia no fue lo alegre que tenía que haber sido, me afectaban demasiado las cosas de un mundo que no llegaba a entender. Hoy tampoco lo entiendo, pero sí me entiendo más a mí mismo, (bueno, a ratos).
De todos modos, no estaría mal escribir de nuevo, para que dentro de 15 años, si he perdido la capacidad de sentir, sienta al menos vergüenza.
Y nada, que tras unas arduas y extensas entrevistas, me ha contratado para escribir en su diario personal, lo que no deja de ser un sinsentido, porque debía ser por entonces muy egoísta, ya que en los diarios que escribía de chico, sólo lo hacía yo, pero en fin, los tiempos cambian…
Aún recuerdo cuando escribía mis primeros diarios (la verdad es que sólo escribí cuatro, ni tres ni cinco, cuatro exactamente). Dignos de estar entre los mejores tomos de literatura pueril… Sólo me queda uno, que lo guardé aún no sé para qué, para de vez en cuando tener sentimientos de vergüenza, pero es que sentir es algo fundamental, bien sea, amor, odio, alegría, tristeza, o en ese caso, eso, vergüenza; el caso es sentir, digo yo.
Todas las noches dedicaba unos minutos a reflejar mis increíbles experiencias vitales en un cuaderno guarrindongo que, eso sí, me fabricaba yo mismo, con folios, hilo y pegamento y que quedaba de lo más rústico (ahora que está tanto de moda). Ahí reflejaba lo mucho que me gustaba Raquel, o Belén, o Rosi, o tantas otras (que aquí uno era muy enamoradizo). Todas esas mujeres que pudieron ser amores apasionados y que se quedaron perdidas entre líneas mal escritas. Leer además esas páginas 15 años después no deja de ser cuanto menos curioso, cuando ahora mismo reflejaría lo mucho que me gusta Enrique, Gérald, Manuel… Los tiempos cambian, ya decía. O si no, cómo pudo ser que en una de esas hojas escribiera cuánto odiaba a una chavalita de mi pueblo, que años después fue mi novia. Esa niña demoníaca, que me decía mariquita, con la que después acabé saliendo, rompiendo y con los años, confesando que me daba a mí que las mujeres ya no me gustaban mucho… (“¿Ves?, si ya te lo decía yo de pequeña”, me decía ).
Releyendo las páginas de ese diario de 1992 pienso que, afortunadamente, si hoy en día escribiera otro diario, la sensación que transmitirían sus líneas serían mucho más positivas. Me doy cuenta de que mi infancia no fue lo alegre que tenía que haber sido, me afectaban demasiado las cosas de un mundo que no llegaba a entender. Hoy tampoco lo entiendo, pero sí me entiendo más a mí mismo, (bueno, a ratos).
De todos modos, no estaría mal escribir de nuevo, para que dentro de 15 años, si he perdido la capacidad de sentir, sienta al menos vergüenza.
Unai.
10 comentarios:
Coda dijo...
Bueno guapo, ya estás dentro. Ahora no me van a quedar mas cojones que quitar a la chibiusa de la firma... aunque me gusta demasiado... ya veremos. Vaya nombre más raro que te has puesto jodío.
Ya sabes, tienes un mes de prueba, a jornada completa y sin sueldo...
Anónimo dijo...
Joer, Unai, me ha emocionado lo que has escrito, me ha traído el recuerdo de los veranos de pequeño, ... en fin. Que escribes de puta madre, que me apetece ponerme ordinario. :***
Coda dijo...
Jajaajaj, ziipp, que capullo eres, me pones to burra!! ains!!.
Bueno, yo me voy a cenar que esto de meter a un miembro en mi blog me ha dejado agotada, debe ser por pecar de primeriza, espero que las siguientes veces no me duela tanto... agotador!!
Unai, chato, vete buscando una fotico para ponerte en el perfil y ves dando datos; varón, soltero, atrevido...
Anónimo dijo...
Unai, muy interesante lo que cuentas y mas lo que no cuentas. Tendrás que transcribirnos unos parrafitos de tus diarios. Lástima que no conserves los de cuando cambiaste de gustos...
Sigue así, para que, leyéndote, también nosotros sintamos.
♥KiTtY KaT♥ dijo...
holaaa como estamos paso a saludar a tu nuevo contribuidor vaya me ha agradado el post muy buena forma de escribir de verdad!!! fondo=forma eso me agrado saludos soy de mexico me presento jejeje hola coda!!!!
Mila-Z dijo...
Ostias, tremendo fichaje, Unai eres la caña de Ejpaña, a ver si te prodigas màs que en tu own blog.
Poncherto, te acuerdas de la contrseña, anda cuando tengas un rato me lo actualizas...ME SIENTO LA ANNE ROSE PIDIENDO ESTO ;)
Coda dijo...
Guapa, tiene cojones que le digas eso al unai cuando tu tienes el tuyo sin actualizar desde el 6 de agosto... aun estoy esperando para ver el contador...
Ains, que tiempos la de los diarios, yo los tenía en cuadernos de anilla negra y cuartilla blanca. Llegúe a tener más de once... ahora los tengo desperdigaos por ahí y sin llave ni ná... de todas formas el día que los junte otra vez los quemo, soy incapaz de leerme más de cinco minutos... que horror de adolescencia!!
Anónimo dijo...
Anda mírala ella contratando negros como no podía ser de otra forma. Dantro de poco te vemos de reina de las mañana entrevistando a la Conchita Velasco y preguntándole que tal está su madre, que lleva varios años muerta.
Escribes muy bien Unai, bonita historia. Yo nunca tuve un diario soy demasiado inconstante para tener uno. En realidad, soy demasiado inconstante para todo
Sinceramente Vuestro, el dolorido y siempre perdido Anonymous Number Two
Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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