No, esto no va a ser una crítica de cine, mas, dicho sea de paso, aunque Almodóvar me encante, esa película me defraudó un poco.
Pero yo iba a hablar de otra cosa… ah sí, iba a hablar de algo tan cotidiano como el concepto que tiene la gente mayor (digamos más mayor), de los jóvenes (digamos más jóvenes) y al revés.
Ayer iba yo al encuentro de unas amigas para ver un concierto de la extremeña Bebe, cuando cogí el 15, mi autobús preferido (¿cómo puede haber autobuses preferidos? Pues yo los tengo, soy así de raro). Este autobús lo cojo en la cabecera, por lo cual, siempre me puedo sentar. Y lo que en un principio es un placer, se convierte en un infierno en la parada siguiente. Ahí llega el momento en que empieza a entrar gente a mansalva, y entre esa población, muchos son mayores. Con las personas mayores entro en discordancia con mi forma de ser, y es que yo que considero que todo el mundo es igual (raza, sexo, religión, nacionalidad, orientación sexual, si fuma rubio o negro, si le gusta más el pino puente o la voltereta lateral) con ellos, soy un poco sectario, y es que discrimino entre los que me parecen entrañables, gente sencilla, presumiblemente de origen rural, con los que van de señorones/as…
Es ver a una señora con su vestido de pret a porter del todo a cien, sus perlas de bisutería, y sus caras que más que maquilladas, parecen revolcadas en un cuenco de Cola Cao, y el estómago empieza a revolvérseme.
Pero yo iba a hablar de otra cosa… ah sí, iba a hablar de algo tan cotidiano como el concepto que tiene la gente mayor (digamos más mayor), de los jóvenes (digamos más jóvenes) y al revés.
Ayer iba yo al encuentro de unas amigas para ver un concierto de la extremeña Bebe, cuando cogí el 15, mi autobús preferido (¿cómo puede haber autobuses preferidos? Pues yo los tengo, soy así de raro). Este autobús lo cojo en la cabecera, por lo cual, siempre me puedo sentar. Y lo que en un principio es un placer, se convierte en un infierno en la parada siguiente. Ahí llega el momento en que empieza a entrar gente a mansalva, y entre esa población, muchos son mayores. Con las personas mayores entro en discordancia con mi forma de ser, y es que yo que considero que todo el mundo es igual (raza, sexo, religión, nacionalidad, orientación sexual, si fuma rubio o negro, si le gusta más el pino puente o la voltereta lateral) con ellos, soy un poco sectario, y es que discrimino entre los que me parecen entrañables, gente sencilla, presumiblemente de origen rural, con los que van de señorones/as…
Es ver a una señora con su vestido de pret a porter del todo a cien, sus perlas de bisutería, y sus caras que más que maquilladas, parecen revolcadas en un cuenco de Cola Cao, y el estómago empieza a revolvérseme.
En fin, que una vez que están dentro, cuando veo a un abuelín del sector Entrañable, le cedo inmediatamente el asiento, por lo que el placer de la cabecera es más efímero que un cigarro después de comer. Y sin embargo, si veo a un miembro del sector “me voy al teatro a ver a la Cantudo, mira que intelectual soy”, me debato entre la duda de cederle o no el asiento, por lo que el placer también ha terminado ya. Muchas veces pienso:
.- Unai, coño, que podría ser tu madre, ¿no te gustaría que le cedieran el asiento?
Pero claro, como mi madre pertenece al primer sector, se me cae al suelo el argumento. Cuando me agacho a recogerlp, vuelvo a la incertidumbre. Finalmente cedo y le doy el sitio, y cuando me dan las gracias, cual Pitita Ridruejo de barrio, pienso, que no deberían dármelas si supieran lo que pienso. Y es que inevitablemente tiendo a pensar que son mala gente (que conste que de primeras he asumido que soy raro).
Lo peor es ya cuando llevan dos minutos de pie y ven que nadie les cede el sitio y comienzan a refunfuñar quejándose de la poca educación de la juventud. Ahí, ya hay que hacer un esfuerzo asertivo, para no cederle ni un pensamiento. Lo malo es que después de pensar:
.-Ahora tenía que decirle: Sí, usted es mayor, señora, pero, ¿es buena gente?, ¿Cotillea? ¿Critica a sus vecinas ¿Permite la unión entre personas del mismo sexo? ¿Eh? ¿Eh ¿Eh?
Pues después de ese ataque incontrolado de valentía interna, te tragas lo pensado y le dices: “¿Quiere sentarse?” Y se sientan. Ellos se sientan bien y tú te sientes mal, por no haber hecho lo que realmente querías, pero que se le va a hacer, así son las cosas.
Por tanto, creo que lo mejor, es, coger el 28, que nunca encuentro sitio en él, o directamente no sentarme en el 15 y así mi disonancia se queda en dolor de pies.
Unai. (Prometo que no me he fumado nada).
8 comentarios:
Anónimo dijo...
Más razón que un santo. Con la salvedad que yo a los del segundo tipo: abrigo de pieles en octubre y tal, ni de coña. Píllate un taxi si puedes pagar animales muertos. Bueno, y esto de dar pena se va extendiendo a gente cada más joven de los 45 para arriba ya se consideran con derecho a asiento.
Mila-Z dijo...
Buah, anda que no hay viejas Riruejo y desagradables por ahí sueltas ni ná.
El mes pasao en la línea 2 de buses cartageneros, de esas raras veces que se peta el bus a las 14:30, sin pedirme el asiento empezó a ladrar una vieja perra a mi vera que los jóvenes debían cederle el asiento a los ancianos, qué a dónde iba a parar el país...a tó esto que se me pasó por la cabesa decirle "No generalice, señora, hay jóvenes y jovenes, al igual que hay ancianos y ancianos...yo no le cedo el asiento a una anciana tan desagradable como usté porque no creo que lo merezca", pero antes de que reuniera el valor suficiente pa' decirselo tocó su parada, cachis a ver si a la próxima vieja Riruejo se lo puedo soltar...
♥KiTtY KaT♥ dijo...
hola unai hola coda como andamos por aca me guesta lo que escriben sigan asi saludos desde mexicoo!!!
Coda dijo...
Yo paso de cederle el asiento a nadie, y menos a ninguna señora que para quitarse el maquillaje tenga que hacer uso de la espátula y el cortafrios, que no, que no. Además, luego se te ofenden, que se de más de una que la han dado por embarazada cuando no lo estaba, y eso jode... jajaja.
Anónimo dijo...
Estimado Señor Don Unai le ruego encarecidamente que redacte un informe completo sobre la manipulación de la jihad del mojo picón. ¡Qué sus palabras hagan ver la luz de la injusticia cometida con la calorra, que en la academia ya no descansa!. ¡Qué su informe haga ver a los incrédulos que la dictadura del bocata lagunero es real, no un espejismo!
Sinceramente tuyo, el entrañable y cabreado anonymous number two
Anónimo dijo...
Pues yo creo que hay que ceder el asiento a personas mayores. Pensad que han desmejorado mucho sus piernas, su aguante físico... y esto nos va a llegar a todos. Un poquito de por favor!
Anónimo dijo...
best regards, nice info »
Anónimo dijo...
Cool blog, interesting information... Keep it UP » »