Me han robado un pedazo de mi pasado, un trozo de mi identidad, un cacho de mi corazón.

El otro día volví, después de tal vez veinte años, a la piscina a la que iba religiosamente cuando era una ñaja. 
A mi me llevaba mi vecina Dora, y gracias a ella ahí he vivido mis mejores días de vacaciones en la ciudad. Íbamos todos los vecinos juntos y para llegar teníamos que subir un camino de 15 minutos al sol cuesta arriba que hacía que las colas kilométricas de la entrada se hicieran insufriblemente sudorosas. Las chicas nos poníamos trenzas para disimular la edad mínima de pago y entrar gratis. 
Nada mas llegar nos escápabamos de las cremas y sudorosos nos tirábamos a bomba en Las gemelas... comíamos, como todos, bokatas de tortilla y de filetes empanados resudados, yogures caldosos y coca-colas que te hacían flotar mas con tanto gas... Nunca hacíamos la digestión porque no salíamos del agua.

Este complejo deportivo estaba compuesto por las siguientes piscinas: Las gemelas, La olímpica, La de natación, Las islas, La de los meados y La fantasma. Ésta última era la mejor: tenía 4 metros de profundidad y como mucho 10 metros de ancho y largo con enormes trampolines de cemento gris macizo. Cuenta la leyenda que en los primeros albores de la instalación un hombre se tiró del último trampolín cayendo muy desafortunadamente en el agua. Dicen que se le cortó la digestión y murió y desde entonces la dejaron ahí, vacía, vallada, llenandose de agua de lluvia, de pelotas de baño, botellas y todo lo que ahí caía. Era acojonador imaginarse ahí dentro pero siempre que pasábamos por ahí nos agarrábamos a la valla para imaginarnos como era cuando estaba abierta.

Pues bien, después de muchos años decidieron hacer obra en la piscina y ahí fue que destruyeron mis recuerdos uno a uno. Se han cargado Las islas, la piscina de natación (donde viví mis primeras frustraciones como nadadora) el puente de Las gemelas (donde los chicos hacían que se caían y tocaban el culo a la peña), han tapado la fantasma, y lo peor de todo: han eliminado La olímpica. 
Allí, en "la de 1'80" aprendí a tirarme de cabeza, hice mi primer ancho buceando y pasé miles de horas con la Eli, hasta que fuera de hora a mangerazos nos echaban de allí. En esas gradas "el davicillo" una vez que se nos olvidó llevar cuchillo cortó simétricamente una manzana con un peine...Y ahora está llena de escombro, el que ha sobrado de toda la obra que han hecho, con olmos brotando de mis reminiscencias, con las gradas donde nos torrábamos al sol solitarias cogiendo musgo. Cuando la vi me dieron ganas de llorar, es como si perdiera esos días de repente, como si me hubieran arrancado la alegría de esa época de mi vida.

Las gemelas remodeladas y la nueva de natación climatizada al fondo
Pero ahí estaba yo 20 años despues llevando a mi hijo a la piscina de los meados que ahora es una piscina fresquita como todas, donde los gitanos llevan a sus bebés con los pañales normales creándoles precozmente problemas de espalda. ¿No es de lógica que si un pañal es superabsorbente no deberían ponérselo a alguien que aun no sabe ni andar en medio de una piscina que queda aspirada por el bebé ipso facto?. Pues sí, ahí estaba yo otra vez sintiendome extraña en una sitio que un día fue mi segunda casa, otro mas. Quizás viva demasiado en el pasado, pero no puedo evitar que me duela, la vida sigue y no se puede hacer nada para detener el tiempo.


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2 comentarios:

    Apañao dijo...

    En la olímpica entrenaba religiosamente todas las tardes y algunas de ellas bajo la lluvia, creyéndome el más afortunado del mundo. Allí conocí a muchos de mis grandes amigos y pasé muchos de los momentos más divertidos del verano.

    Y qué decirte de las gemelas... cuántas veces me he tirado desde el puente esperando un descuido del socorrista, buceando después como un delfín para alejarme del lugar del delito.

    Por cierto, nuestra leyenda de la fantasma pasaba por el brutal ostión del tio que calculó mal y cayó fuera del vaso... un poco más sangrienta.

    Y esa, querida coda, fue la primera piscina a la que fuimos juntos...

    Será mejor volver allí solo con el recuerdo.

  1. ... on viernes, julio 06, 2012 8:20:00 a. m.  
  2. Coda dijo...

    Lo mejor sera no volver y dejar el recuerdo tranquilo. Buscaremos otra pisci con mucho glamour, grande, con arboles centenarios y mas barata que las municipales de andar por casa... jeje

  3. ... on jueves, julio 12, 2012 2:08:00 p. m.