Ya se que siempre reniego de la tecnología, (sí, a pesar de tener un blog desde el 2005, pero esto es necesidad de expresión) aunque esta vez, sí, he de reconocer que he caído vilmente.
Al principio de salir los Ebook me pareció muy triste que se fuera perdiendo el amor por el libro de papel: el aroma de las hojas recién abiertas, el tacto del cartoné, el color de la portada, el regustillo que queda en los labios al pasar las páginas chupándote el dedo… Me parecía muy frío eso de ir con un cacho de metal mirando una pantalla, pero con el tiempo y el peso del bolso al final me he decidido a dar el paso. Después de que me regalaran “El temor de un hombre sabio” no pude imaginarme en el metro, de pie, rodeada de gente que me apretuja, leyendo ese ladrillako mientras las costuras de mi bolso van cediendo poco a poco. Así que un buen día (el lunes mismamente) me decidí y me puse a investigar sobre este nuevo formato de lectura.
Evidentemente lo primero que pensé fue: Kindle.
No se por qué pero estas navidades lo he visto hasta en la sopa, bueno, sí se por qué, porque han hecho una campaña de promoción del quince y medio. Todo el mundo lo ha regalado o se lo han regalado. 99€ es una ganga y es la oportunidad de tu vida.
Yo ya estaba decidida pero por si acaso empecé el trabajo de campo: pregunto a los colegas a ver quién lo tiene o qué opinan de él, miro qué dicen los que gustan de opinar en Internet, acoso a los viandantes de la línea 10 de metro que van a las oficinas de la castellana y presumiblemente tienen cierto poder adquisitivo para permitirse este lujo persiguiéndoles sutilmente por los andenes para ver como son sus eReaders, me voy a los centros comerciales y veo el material…
Lo mas divertido de todo ha sido cotillear en la red, bueno, y perseguir a la gente. Me he empapado de páginas promocionales y de foros de opinión. Cuando leía las desventajas del Kindle uno decía: “tienes que mover el dedo índice para pasar las páginas”. Joder, entonces no me lo cojo, ¡¡que exceso de movimiento de masa muscular!!. Otro decía del BQ: “a mi me gusta consultar la wilkipedia mientras leo novela histórica, y con este ebook no puedo”, otro: “es que para consultar el diccionario tengo que ir a menú”. Cuando leía esto pensaba: ¿adonde vamos a llegar?, ¿en qué nos estamos convirtiendo? y me acordaba de la película de Wally, con todos esos gordakos vestidos igual tumbados en sus minicoches autodirigidos paseando por el espacio ingravitorio…
La gente no le daba mucha importancia a que el huevo no pudiera leer los formatos Epub, al parecer el futuro del archivo de texto. Uno decía: “es como si te compras un Mp3 para escuchar música y no te deja leer los archivos mp3”… y aunque en realidad todo se puede convertir con el programa Calibre, a mi me da pereza.
Entre las cosas que me decían que me tenía que fijar estaba la pantalla: de TFT o LCD para ver imágenes, vídeos, comics… o la de tinta electrónica para texto mayormente. Uhm… la tentación del comic es muy grande, pero ¿cuánto hace que no leo un comic? años, como mucho algún que otro manga, pero solo me faltaba, no me apaño en el papel con eso de ir de atrás para adelante, como para ponerlo en el ebook, quita, quita. Yo a lo básico que mi orientación espacial está limitadita.
Luego decían que de peso, tenía que ser menos de 250 gramos, bien. De pulgadas, unas 6, que la batería era tontería porque pasando hojas con tinta electrónica antes te da una neuropatía periférica del túnel carpiano que tener que recargarla. De memoria con lo que venga, que si no vas a meter videos tienes suficiente con la capacidad que suele venir de 2GB para 1.000 libros, y luego, eso sí, mucha atención a los formatos que querías leer, (que ya me lo dijo me e-padre).
Cuando decidí que quería tinta electrónica ya solo necesitaba saber qué libro electrónico del mercado me podía salir por 99 pavos. Y la decisión final ha sido que antes que pillarme el Kindle de Amazón, pensado para que nos gastemos la pastuza en sus libros (los cuales te pueden borrar si un día les da la gana, que ya lo han hecho) y que nos ofrece accesorios al 30% del precio del producto, prefiero el producto nacional bruto, a lo Cervantes, y así reactivo la economía del país. La única pega que tiene, gran pega para mi, es que al ser menos internacional y tener menos campaña promocional, no han invertido mucho en ofrecer variedad de fundas de diseño, así que me he comprado el bicho al medio dia y esta tarde me he confeccionado la funda... visto y no visto, divina me ha quedao!!
Evidentemente lo primero que pensé fue: Kindle.
No se por qué pero estas navidades lo he visto hasta en la sopa, bueno, sí se por qué, porque han hecho una campaña de promoción del quince y medio. Todo el mundo lo ha regalado o se lo han regalado. 99€ es una ganga y es la oportunidad de tu vida.
Yo ya estaba decidida pero por si acaso empecé el trabajo de campo: pregunto a los colegas a ver quién lo tiene o qué opinan de él, miro qué dicen los que gustan de opinar en Internet, acoso a los viandantes de la línea 10 de metro que van a las oficinas de la castellana y presumiblemente tienen cierto poder adquisitivo para permitirse este lujo persiguiéndoles sutilmente por los andenes para ver como son sus eReaders, me voy a los centros comerciales y veo el material…
Lo mas divertido de todo ha sido cotillear en la red, bueno, y perseguir a la gente. Me he empapado de páginas promocionales y de foros de opinión. Cuando leía las desventajas del Kindle uno decía: “tienes que mover el dedo índice para pasar las páginas”. Joder, entonces no me lo cojo, ¡¡que exceso de movimiento de masa muscular!!. Otro decía del BQ: “a mi me gusta consultar la wilkipedia mientras leo novela histórica, y con este ebook no puedo”, otro: “es que para consultar el diccionario tengo que ir a menú”. Cuando leía esto pensaba: ¿adonde vamos a llegar?, ¿en qué nos estamos convirtiendo? y me acordaba de la película de Wally, con todos esos gordakos vestidos igual tumbados en sus minicoches autodirigidos paseando por el espacio ingravitorio…
La gente no le daba mucha importancia a que el huevo no pudiera leer los formatos Epub, al parecer el futuro del archivo de texto. Uno decía: “es como si te compras un Mp3 para escuchar música y no te deja leer los archivos mp3”… y aunque en realidad todo se puede convertir con el programa Calibre, a mi me da pereza.
Entre las cosas que me decían que me tenía que fijar estaba la pantalla: de TFT o LCD para ver imágenes, vídeos, comics… o la de tinta electrónica para texto mayormente. Uhm… la tentación del comic es muy grande, pero ¿cuánto hace que no leo un comic? años, como mucho algún que otro manga, pero solo me faltaba, no me apaño en el papel con eso de ir de atrás para adelante, como para ponerlo en el ebook, quita, quita. Yo a lo básico que mi orientación espacial está limitadita.
Luego decían que de peso, tenía que ser menos de 250 gramos, bien. De pulgadas, unas 6, que la batería era tontería porque pasando hojas con tinta electrónica antes te da una neuropatía periférica del túnel carpiano que tener que recargarla. De memoria con lo que venga, que si no vas a meter videos tienes suficiente con la capacidad que suele venir de 2GB para 1.000 libros, y luego, eso sí, mucha atención a los formatos que querías leer, (que ya me lo dijo me e-padre).
Cuando decidí que quería tinta electrónica ya solo necesitaba saber qué libro electrónico del mercado me podía salir por 99 pavos. Y la decisión final ha sido que antes que pillarme el Kindle de Amazón, pensado para que nos gastemos la pastuza en sus libros (los cuales te pueden borrar si un día les da la gana, que ya lo han hecho) y que nos ofrece accesorios al 30% del precio del producto, prefiero el producto nacional bruto, a lo Cervantes, y así reactivo la economía del país. La única pega que tiene, gran pega para mi, es que al ser menos internacional y tener menos campaña promocional, no han invertido mucho en ofrecer variedad de fundas de diseño, así que me he comprado el bicho al medio dia y esta tarde me he confeccionado la funda... visto y no visto, divina me ha quedao!!
2 comentarios:
juan dijo...
enseñamelo
Coda dijo...
No que me lo quitas!