Duende del Parque

Si hay algo que mola del veranito es el calor soporífero cuando se puede contrarrestar con una playa, una piscina, un rio, un pantano, una laguna, un lago, una charca o cualquier masa de agua que no esté contaminada o al menos no en exceso.

Yo soy una fan incondicional de las piscinas, no hago ascos a la playa, evidentemente, pero disfruto mas del olor a cloro y los ojos rojos que en mi provocan, es algo que me encanta. Pero he de reconocer que un buen pantano me da la vida.

Este año he frecuentado el del Burguillo, como ya viene siendo costumbre, y alguno que otro por ahí.
Ese otro de por ahí anda perdido por Ciudad Real y este año estaba por encima de su nivel medio de capacidad. Al ser un pantano salvaje su entorno también lo es. Esto significa que la gente de los pueblos, paletos en su mayor medida, se han dedicado durante años a ir allí a hacer parrilladas y merendolas sin problema alguno por dejar sus bolsas de plástico llenas de residuos orgánicos y envases mezclados a los piés de las encinas. Total!, no ponen cubos ni la van a recoger, pues que decore!, ¿no?. Así es que te puedes encontrar latas de Fanta naranja del año del naranjito o botellas de mirinda. Dentro de poco cerrarán el pantano como alijo prehistórico de interés nacional...
El pantano estaba bordeado por un lodo estupendo para el cutis pero un poco escurridizo y pastoso como para tener que pasar sobre él. Sin embargo el sol acuciaba nos dió igual y allí nos apalancamos. Buscamos una zona con más piedras que barro y allí nos instalamos.

Todo iba genial: el perro estaba la mar de contento, nosotros disfrutando de estar solos en medio de la naturaleza... cuando de repende uno de los nuestros grita:
-"Mirad lo que tengo en la piel!! tengo unos bichos pegaos a la piel que tienen que ser sanguijuelas!!"
Todos corriendo vamos a ver de qué habla y lo negamos, después, al intentar quitarlas y ver como se retorcían y adherían a la carne humana llegan las sopechas y finalmente el segundo aviso:
-"Mirad me he quitado todas menos una en la tripa y se está haciendo gorda y poniendo negra". Nos cunde el pánico.
Empezamos a mirarnos todos con cara de obsesivos y nos encontramos que todos tenemos alguna en los pies. Son pequeñas y se returecen como gusanos, son de color marronaceo y se pegan como putas lapas.
-"No puede ser, las sanguijuelas solo están en aguas con corriente como los rios, no en pantanos" dice el biólogo que nos acompaña...
Pero claro, hoy en día la cosa está muy mal y todo el que puede mutar para adaptarse a las nuevas situaciones antes que morir sin mas... así que nos salimos del agua.
Algunos no volvimos a entar, otros pasaron de los bichos como un componente mas de la naturaleza salvaje de la España profunda... qué huevarros.

Una vez en la ciudad investigamos en internet y al parecer hay una especie de sanguijuelas de pantano llamadas Glossiphoniidae que aun sin ser muy peligrosas no dejan de ser unas chupa sangres. No te hacen nada dice la wilkipedia, bendita sea su información, pero no te las tragues o que no se te cuelen por la nariz porque ese es otro tema... cabrones, en un pantano como vas a evitar ingerir algo de agua!! aun vivo con miedo de tener alguna haciendo familia en mis intestinos, adosada a uno cacho de ellos mientras se hincha y se pone to cerdaka a costa de mi sanbre, volviendose negra y grande a cada día que pasa, pero eso no evitará que vuelva a bañarme en el pantano del burguillo, eso nunca...