A la gente cuando tiene un momento de relax en su vida le mola hacer ejercicio, y yo no lo entiendo.
Este verano me engañaron vilmente diciéndome que nos íbamos de vacaciones al Pirineo, y yo como tonta me imaginé paseando entre hayedos tranquilamente con una cesta de fruta en la mano, y cuando me quise dar cuenta, estaba subiendo bosques empinados llenos de húmedas y resbaladizas hojas con una mochila de miles de kilos a la espalda a las tres de la tarde. Esto es algo común en mi vida, lo de hacer ejercicio siempre es a las horas de mas sol porque aprovechamos para dormir hasta que podemos, para mi eso es salud.
Total, que estando por Ordesa subíamos a unas cascadas o algo así. Mientras yo iba muerta de asco, sudando y sintiendo como me bombeaba la sangre en la cabeza, veía a esos montañeros odiosos que subían las cuestas de 45º con grandes zancadas, sin dejar de hablar entre ellos y con una sonrisa en los labios, saludando a todo el personal y comentando que qué gracioso el rober a la espalda del padre. Iban todos equipados con los mejores productos del decathlon y alguno de esos cabrones incluso iba con chanclas...
Luego dicen que la recompensa del ejercicio físico es llegar a lo alto y ver el paisaje...pero yo llego en tal estado de malestar que lo primero que hago es tumbarme y desear morirme mientras siento nauseas y dolor de cabeza...
Pero este verano ha sido distinto, porque para mi, merece la pena es esfuerzo físico, si pùedo llevarme un cachito de Pirineos en mi cuaderno de viaje...
3 comentarios:
Babe dijo...
para años sucesivos el reto será pintar, hablar y comer mientras practicas trekking, todo es proponérselo!!
oscar dijo...
Pues claro Sofi, siempre hay recompensa al esfuerzo fisico, ver ese maravilloso paisaje que te rodea ;-)
juan dijo...
con national geographic se va mas lejos y mas comodo...dejan fumar incluso !!