Recuerdo cuando en quinto de EGB me mandaban hacer trabajos
para casa. Siempre era mi hermana la que me guiaba, dirigía e imponía el
desarrollo y contenido en cuestión. Yo lo escribía y luego ella se pasaba los
días nerviosa esperando la corrección. Le importaba bastante más que a mi la
nota resultante y siempre le parecía poca...
Recuerdo especialmente un trabajo que nos mandaron del
cuerpo humano... no sé qué pasó que mi hermana se mosqueó conmigo y me retiró
su apoyo intelectual. Me dejó sola y a la deriva con mi hoja en blanco, un
bolígrafo, una enciclopedia y unos lápices de colores. Creí que se acababa el
mundo, mi soledad era ilimitada y me sentía paralizada.
No sé por dónde entraron las musas que me vinieron a
visitar... cogí mi boli y mis lápices de colores y empecé a pintar sistemas del
cuerpo humano y a copiar textos de la enciclopedia. Sin darme cuenta empecé a
disfrutar como una enana de escribir lo que se me ocurría y de ilustrarlo
bellamente con los distintos matices de mi caja Alpino. En esto llegó mi
hermana ya mas calmada, miró lo construido por mi yo interior y sutilmente me
dijo que eso era una mierda y que empezábamos de nuevo, que procedía a
dictarme...
Esta anécdota que me ocurrió con 10 años ha estado presente
siempre en mi cabeza, podría haber sido un recuerdo más de la memoria a largo
plazo echado a perder pero no. A mi preadolescente cabecita le chocó el cómo
era posible que me hubiera dado tanto miedo sentirme sola sin alguien que me
guiara y como fue que luego me sintiera tan bien haciendo lo que a mi me daba
la gana... así que me quedé con el cuento.
Diez años después me obligaron a leer un libro de Erich
Fromm, un judío que aunaba psicoanálisis y sociopolítica en su libro "El
miedo a la Libertad", creador del psicoanálisis humanista. Gracias a este
ladrillako fue que empecé a ver un poco de luz acerca de lo que yo intuí en mi
infancia aunque entonces no lo digerí totalmente.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDUVVYPu6HiarsWgU73e8qF8cyXPI4U87sY1XhX7gg7henbHf1HgUHNANJL2BkT4U2Qe93XX6JUt001whOuJq2y0J7kZa0QxkmLAYmx4jAxotp9OsyJfQ9yK-jl9s6e3g2ETG7jg/s320/Erich+Fromm+Cada+paso+nuevo+encierra+un+peligro.jpg)
Elegir tu suerte requiere mucho esfuerzo y a veces sentirse
solo.
Veinte años después de leer el libro asimilo toda esa
información que leí como algo curioso sin más. Veo cómo realmente nos hemos
echado una cadena bien gorda al cuello que todo lo justifica. Nos hemos
convertido en autómatas conformistas sin otros valores que los que nos impone
el mercado. Consumidores eternos, egoístas e insaciables, creemos que nuestro
valor depende de lo que poseemos: nuestro tesoro... no somos capaces de ceder
ni un ápice por no dejar de pertenecer a esta fantástica rueda que nos hace
creer que pertenecemos a una clase social y una realidad que no es la nuestra,
aunque para ello perdamos la dignidad. Creemos que tenemos ideas propias y que
sabemos mucho pero nos limitamos a repetir y desear lo que nos taladran
constantemente en nuestro cerebro.
No hay nada mas peligroso para nosotros mismos que dejar de
pensar y limitarnos a actuar por inercia. He de decir, que a día de hoy, me da
mucho miedo mi especie... y hay que resetearse.
Dedicado a Elisa, una valiente.