Me encanta escribir sobre las cosas que no tengo ni guarra. Dícese, me encanta escribir.

Últimamente no hago más que oir que cierta persona es muy hipster o muy  flogger y  me quedo to loca. Yo que intento sumarme al carro de la modernidad retuiteando tuis de gente que no conozco, que ya me he descargao el candy crass en el movil y que ahora me pongo el spotyfai en casa para estar en la onda, sigo desfasada. He aquí un manual para ponernos al día, ¡gente de la generación del naranjito!.

En mi adolescencia, ya ajada, básicamente eramos pijos y no pijos. Entre los no pijos los había macarras, hippies, punkies o rockers... pero eran reductos muy limitados. Los mas organizados eran los jevis que se iban a Sukursal a doblar el espinazo frente a unas pantallazas enormes donde veían tocar a sus grupos favoritos. Luego surgieron los góticos que a todos nos llamaban mucho la atención por su comparación con catedrales como la de Burgos, los grunges guarretes, los mods, los rastafaris de pelo en proceso de descomposición y los raperos de “ey pijo, de qué vas, tanto mirarme te voy a machacar, de qué me miras de arriba abajo, te voy a dar en la cara un cadenazo..” por favor, paradme que me embalo, ¡¡eso sí que era música!! Rapin madrid, ¿donde tendré ese vinilo?.

Hoy en día la cosa se complica mas porque si te pones a ver las definiciones de las tribus urbanas éstas se caracterizan todas porque les mola la música independiente, llevan pantalones pitillo, usan Converse y poco mas. Aún así hay dos grupillos que sobresalen y que son lo más guay.

Unos son los flogers o floguers: la generación de las redes sociales que no sabe hacer nada sin la intención de publicarlo en Fotolog principalmente, Facebook, Twitter, Pinterest, LinkedIn, Flickr, Stack Overflow, Reddit, Weissmin y Chocholocor (las últimas dos me las he inventao y ni os habéis pispado). Ellos se deben a su público. Son capaces de fotografiarse hasta el ojete cuando jiñan para que todo ros se lo vea y les diga lo que les encanta. Su felicidad es directamente proporcional a los “me gusta” o RT que acumulan. Aparte de los pitillos de colores llamativos y las Converse se puede ver un móvil android a su mano pegado, un pendiente en la ceja con el símbolo de una @ y la cara bizca de tanto mirar uma pantalla de cuatro pulgadas.

Y luego están los hipster que telita con los nombres que se calzan... éstos ya son mas mayorcitos, de veinte años hasta los treinta. Dícese de peña ya experimentada en la vida y con edad de entrar en gran hermano y decir “ a mi que no me diga nada que yo ya no soy un crio”, gente que huyendo de las modas crean una, pa mi gusto, muuuu fea. Rechazan el consumismo y solo compran en las tiendas de barrio, son ecologistas y llevan barbas homeless por solaridad com el medio. ¿Dedicirán en algún momento que las tias hipster han de llevar la sobaquera larga y con trencitas? Esperemos que no...


Si eres uno de ellos a la hora de vestir, aparte del gorro de lana obligatorio y la gafapasta, tiene que parecer que no te importa una mieda ir conjuntado, que todo es muy vintage (dícese del rastrillo de tu barrio o del baúl de tu abuelo el del pueblo) y artesanal ya que no aceptan los ideales culturales de belleza establecidos (pues anda que lo de la barba…).

Comen los productos de su huerta (coño, mi padre es un hipster y yo sin saberlo) y son gente estudiada, principalmente de letras (en consecuencia imagino que también en el paro, por eso compran en los rastrillos). No consumen productos del tipo de Apple pero seguro que desayunan dos litros de Coca Cola cada día. Les gustan los productos analógicos y escuchan la música en el walkman…  una mierda!, jajaj, eso me lo he inventao, son mas de vinilo.

Es curioso que una tribu que marca tendencia tenga como mentalidad el no seguir las modas, manda huevos, ahora todos con esas asquerosas barbas que según estudios sociológicos son el símbolo del macho maduro, confiado en sí mismo y saludable (si la llevas brillante y peinadita). ¿Acaso estamos locos? ¿Pero qué hacen las modas con nosotros? ¿Es que no tenemos personalidad ni criterio ni ná? Pues va a ser que no si somos capaces de perjudicarnos de esa manera...
Yo por mis partes, paso de dejarme barba, eso sí, si consigo editar esto desde mi android bq estaré a medio camino de ser una flogger... flogger de pantalón que diría rosendo.


 A ver, que sus voy a culturizar un poco... Últimamente se han puesto de moda una serie de blogs de pivas muy egocéntricas, lo que vienen a ser unas "egobloggers". No es un insulto, es la realidad y hasta la Chabelita quiere ser una para financiar a su madre y que no la metan en la trena.

Tienes que hablar de tí en tu blog y enseñarle a todo el mundo de la blogesfera lo que molas (no es mi caso).
Son tías, en principio monas o con algún atractivo, de esas que siempre ponen morritos en sus avatares, que se dedican a fotografiarse todos los días con lo que llevan puesto y de paso promocionan ciertas marcas de ropa que luego si tienen muchas visitas las marcas se emocionan y les pagan para que las promocionen y ahí las tías se corrompen y ya solo se hacen fotos con las marcas que las patrocinan. Si tienen éxito y la plebe quiere ser como ellas se convierten en ídolas de opinión y las hacen regalos guays, las invitan a eventos que luego comentan, las ponen un pisito...también pueden dedicarse a viajar y te dan envidia todos los días o lo que se les ocurra.

Existen dos casos, el de la piva que empieza siendo una desconocida y llega a crear su propia marca de ropa, como una tal Lovely Pepa, que yo pensaba que diseñaba charcos y no. Y luego está el caso de las que ya son famosas y sus egos hacen que quieran ser ídolos de juventud, dícese de la Echevarria y la Carbonero, que como no ganan suficiente y no se las ve todos los días en la tele, tienen que hacer de modelos y sacarse doscientas fotos al día con la ropa que llevan. Estas pasan a llamarse It-girls y a no tener tiempo para cuidar a sus hijos.

Esto tiene un peligro evidente, que ahora todas las tías quieren ser egobloggers y como con las pintas que llevan no tienen ni para rellenar 10 post ya que empezarían a repetir (no todas podemos estrenar ropa cada día), pues se dedican a contar las cremas que se echan (del mercadona principalmente) las tiendas a las que van (por ejemplo el mercadona), los sitios que visitan (el bar de al lado del mercadona de su barrio) la bisutería que se ponen y cosas así. Si veis sus blogs son estridentes, de colores y letras horribles con una interfad bastante infantil y con poco gusto. Vosotros pensaréis, pues vaya gilipollez... pues no! a la mínima ya tienen 400 seguidores, qué mírame a mi, 10 años escribiendo un blog  y tengo 20, y la mitad son amigos!. ¡Tengo que averiguar como lo hacen, coño!.

Para mi esto es un misterio. Una duda que me ronda la cabeza de por qué somos tan cotillos que necesitamos saber lo que llevan los demás todos los días, lo que hacen constantemente... y lo digo yo que soy fiel a gran hermano en todas y cada una de sus ediciones (bueno, menos la 6 que dejé de verla cuando se fue el gitano).Y básicamente es cosa de tías, que ya nos vale.

No es que siga a muchas egobloggers, vamos, que me he metido ahora en dos para ver como son, pero lo que veo es que se las critica mucho porque ellas dicen que no son periodistas y no tienen porqué ser muy ocurrentes dando su opinión ni acertadas en sus criterios. Les achacan que no saben escribir y que sus comentarios son tan superficiales como ellas, pero ahí están, llevándoselo crudo (en be) por su careto. Como siempre generan mucha envidia y a mi me generan un gran escepticismo porque me la suda bastante lo que se ponga la Echevarría cada día, me interesaría mas saber cómo tiene tiempo para atender al Bustamante y a su cría pero no la marca de sus bolsos que lleva, la verdad.