Mira que me dije: no vuelvo al zoo en fin de semana! y hala, ahí estaba otra vez el sábado por la mañana esquivando al pive de la dichosa fotito de acoso de la entrada.
Una vez mas me junté con cientos de familias que no conocen mas campo que el de la casa a mirar lo salvajes que son "los animales" mientras ellos van como locos a pillar los trenes, motos, y demás accesorios alquilables para llevar a los retoños sobre ruedas. Corriendo a ver a qué hora son los espectáculos de las focas, delfines, aves y demás para no perderse ni uno...

Vamos pal zoo que es muy de monos el parque!!


 Pero claro, qué vamos a hacer sino en fin de semana si ya tenemos el carnette del zoo para todo el año. Bueno, una ganga de 60 pavos que en tres visitas ya está amortizado. Pero es que esto ya es muy fuerte y se han inventado bonos a destajo y ahora lo suyo es que por 500 pavos puedas ir gratis al zoo, parque de atracciones, warner, faunia, aquopolis, selwo (este se lo han inventao porque yo nunca he oido hablar de él), teleférico, bolera, pistas de patinaje y casa de tu vecina del quinto.

Todos con los mapas en ristre van directos a elefantes, jirafas y monos. No tiene pérdida, y pegados a los cristales de los homínidos te preguntas, ¿quién mira a quién? ¿quién es más digno de estudio? porque los animales están generalmente tumbados en el suelo, aburridos a la sombra, desencantados con su espacio, desmotivados con su vida, hastiados de su rutina. Nos miran de soslayo, desprenciándonos, la mayoría de las veces ignorándonos mientras nosotros como histéricos nos agolpamos a los cristales empujándonos, aplastandonos y unos a otros y así nos ponemos a chillar como nenas porque un gorila se ha cogido la chorra y ha meado contra el cristal. ¿Por qué tanto escándalo? ¿por qué tantas risas? todos intentando coger la mejor foto del suceso para subirla al Facebook, twiter y blog... yo haría lo mismo que el orangután del sábado si estuviera en esa mierda de hábitat que me han creado de 20 metros cuadrados de cutre cesped, árboles secos y trozos de acero. Y si tuviese diarrea iba a hacer una (des)composición artística a lo rústico para deleitar a la platea y así impedir que me miraran mas. No te jode!

Es cierto que es una oportunidad poder verles allí, sobretodo para mi que cuando salgo con la bici (o salía) a dar una vuelta puedo jipiarles a través de la valla, sabiendo que son del quinto coño... pero a costa de qué?. 
Para nosotros está guay porque nos llevamos la comida y nos montamos el picnic en el primer cacho hierba que pillamos, con todo lujo de ágapes (incluidas las morcillas en el termo del kukuxumusu, uhm...). Aunque mejor no te pilles nada de la máquina porque te piden número de cuenta y eso ya es sospechoso... Con la excusa de los niños nos montamos una excursión de lo mas chula. Cargados, eso sí, de petit suis, zumos de 12 centilitros, sanguis, galletas y yogures líquidos a mansalva.

Es así que vivo con la disyuntiva de lo que me gusta ver a los tigres los viernes por la tarde cuando no hay nadie y les da por andar y mirarte de frente... y lo mal que veo que lo pasan ahí encerrados.